En Argentina, el mercado laboral es rígido y posee bajas tasas de rotación. Adicionalmente, la tasa de salida se encuentra por encima de la de entrada, lo que da cuenta de un ritmo destructivo en la cantidad de puestos de empleo.
La actividad económica y los precios están fuertemente relacionados con las dinámicas del mercado laboral. En Argentina, el mercado laboral es rígido y posee bajas tasas de rotación. En los últimos dos años, esta última se ubicó por debajo del promedio histórico, desplomándose en el último año por una fuerte caída en la tasa de entrada, lo que implica que el ingreso al mercado laboral se vuelve más estrecho. Adicionalmente, la tasa de salida se encuentra por encima de la de entrada, lo que da cuenta de un ritmo destructivo en la cantidad de puestos de empleo (Ministerio de Capital Humano de la Nación, 2024; Pissarides, 2000).
Históricamente, además, debe considerarse que los empleos profesionales y técnicos cuentan con menores tasas de rotación que los operativos y la mano de obra no calificada, aunque en todos los casos la tasa de salida supera a la tasa de entrada (Ministerio de Capital Humano de la Nación, 2024).
En cuanto a indicadores propios del mercado laboral como las tasas, puede advertirse una baja en la tasa de actividad, que explica la merma moderada de la tasa de empleo, puesto que este último se calcula como el coeficiente entre el número de empleados y la población activa. De la misma forma, la baja en la tasa de actividad explicó el aumento de la tasa de desempleo, que se incrementó en dos puntos porcentuales desde el cuarto trimestre y que, según las estimaciones del relevamiento de expectativas del mercado del Banco Central de la República Argentina podría superar los ocho puntos a fin de año.
El incremento progresivo en el nivel de inflación, sumado a la rigidez del ajuste salarial, causó pérdidas importantes en el salario real.
Con respecto a los salarios, el incremento progresivo en el nivel de inflación causó pérdidas importantes en el salario real. Como se mencionó con anterioridad, los ajustes salariales son rígidos y dependen de cuestiones contractuales, sindicales y políticas, que provocan que los rezagos temporales sean altos; es por esto que, si bien en el corto plazo los salarios son susceptibles de sufrir pérdidas reales importantes, es esperable que se recorten parte de la pérdida en los siguientes meses. El aspecto temporal no resulta menor en una economía que funciona con un nivel de salarios cercano al (y en los últimos meses, inferior que el) umbral de pobreza, lo que puede empujar a una suba importante en la tasa de pobreza frente a caídas reales. Este último indicador afectó en el segundo semestre del 2023 a cuatro de cada diez personas, mientras que la indigencia afectó a una de cada diez personas.